Al actor Jorge Guerra lo conocí en La Habana cuando formaba parte del elenco del Conjunto Nacional de Espectáculos que dirigía Virulo. Yo colaboré en varias producciones con esa agrupación que radicaba en el Teatro Carlos Marx. Recuerdo que un día entré al local de ensayo con la programadora y él estaba entrenándose solo, para hacer un personaje a través del cual muchos cubanos lo identificaron por varios años; Rosa de Níz.
Era una niña malcriada, a la vez que inteligente y que el divorcio de sus padres no le había causado ningún trauma, todo lo contrario. Sacaba su propia conclusión con su amiguito Robertico, de que las personas mayores no entendían a los niños y siempre exigían de ellos mucho más de lo que los peques podían dar. Nos reímos muchísimo y disfrutamos su talentosa actuación en aquel ensayo parcial, como si fuera a teatro lleno. Nos preguntó; ¿Qué les pareció muchachos? ¡Que nos iba a parecer; Genial!
Junto a Mireya la Torre , Jorge Guerra fue lo más representativo del mundo del espectáculo que se asiló en Cuba tras el Golpe Militar de Pinochet contra el presidente constitucional Salvador Allende. Ella condujo durante años un magnífico programa de entrevistas en la televisión cubana y él, junto al grupo de Virulo, recorrió los más importantes escenarios del país.
Nacido en Santiago de Chile el 7 de noviembre de 1942, Guerra fue actor, mimo, director teatral y académico. Su paso por la Escuela de Bellas Artes, por el Canal 9 de la Universidad y su incorporación al grupo de Teatro ICTUS, son solo preámbulos para su consagración en un programa de la Televisión Nacional de Chile en 1970 y en el que, por primera vez, ve la luz su personaje más querido por varias generaciones de latinoamericanos; Pin Pon.
Después, tuvo que exiliarse; primero en Perú y después en Ecuador, hasta que finalmente llega a La Habana en 1983. Es indescriptible la alegría desbordante durante los días en que se preparaba para regresar en 1990 al Chile querido, añorado, sufrido. Bajaba por la calle L, de camino a la empresa artística Ignacio Piñeiro, cuando me lo encontré con su esposa Alicia Pedroso. Estaba eufórico, por el hecho de poder trabajar ya en democracia. Y no solo actuó nuevamente en la Televisión Chilena , retomando su personaje tan querido por todos, sino que grabó nuevos discos, especialmente uno que me regaló en Estocolmo y que atesoro como algo muy preciado; De Corazón a corazón.
Fue para mí una inmensa alegría reencontrarme con Jorge Guerra en Suecia en marzo del 2000. Cuando me llamó Angélica Pérez de Casa Chile, para que actuara junto a él en el Teatro Akalla Träff, mi respuesta positiva fue inmediata. Que honor sin tamaño compartir escenario con Pin Pon. Fue una experiencia profesional que jamás olvidaré. En los camerinos nos reímos recordando vivencias en Cuba, a amigos comunes en la isla, anécdotas, espectáculos, y de pronto, tomó uno de sus discos y escribió una dedicatoria para mí; “Para mi amigo Carlos Bretón (Tripita) con el cariño y el corazón del oficio y los niños”.
¡Gracias Maestro! eternamente lo recordaré con mucho afecto. Nunca dejaré, donde quiera que esté, que tu recuerdo se marchite. DE CORAZÓN A CORAZÓN Jorge Guerra y PIN PON viajarán por siempre en mi maleta, junto a mis muñecos.
Por Carlos Bretón.
Afiche del homenaje que organicé a Jorge Guerra en Suecia. La foto superior izquierda fue de nuestro encuentro en Estocolmo en marzo de 2000. |
Que ternura me transmite leer este homenaje tan lindo a Pin Pon!
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